colorines que me siguen...

Tambien en Facebook puedes seguirme

lunes, 28 de diciembre de 2009

¿Jugamos al escondite?


Es Navidad, y como todos los años Tina lo pasa con su familia en la madriguera de su abuelo. Su abuelo es el conejo mas anciano del bosque, y Tina es la conejita mas blanca.

Este año ha sido genial porque han venido todos sus primos y primas, por lo menos son 14 conejitos, contando a Tina, y como es costumbre en su familia van a jugar al escondite la tarde de Navidad. Los mayores también jugaran...

Después de hecharlo a suertes le toca contar a Tina. Se acerca a un gran árbol y tapándose los ojos empieza a contar....

-Uno, dos, tres, cuatro........

Todos salen corriendo a esconderse por el bosque, los mas pequeños van acompañados de conejos adultos, y les llevan a lugares recónditos para no ser encontrados.....

-Cinco, seis, siete.........

Tina escucha el ruido de las patitas corriendo mientras se alejan....

-Ocho, nueve y diez.... ¡Que voy!-. Grita Tina mientras empieza a buscar.

Tina se adentra entre los árboles buscando y buscando......nadie por aquí.......nadie por allá.......sigue buscando entre los árboles. Algo llama su atención y sale corriendo en su busca...

-¡Te cogí!- Grita Tina mientras alarga la patita delantera para agarrar a quien se movía entre las hierbas.

-¡Suéltame, suéltame!- Grita una vocecita asustada.

Tina se asoma a mirar y ve un pony con un cuerno en la frente, y tan blanco como ella.

-Perdona...no pretendía asustarte. Estoy jugando al escondite...¿has visto algún conejito por aquí? Llevo un buen rato buscando y no veo a nadie...¿Quieres ayudarme a encontrarlos?- Pregunta Tina

-¿Conejos? Por aquí no hay conejos, creo que te has alejado demasiado. Este es el bosque de los unicornios. Nunca nos ha visitado nadie que no sea un unicornio..... ¿No te habrás perdido?

Tina se queda pensando un rato en el camino que ha recorrido......se adentró mucho en el bosque y atravesó una pequeña pradera con un Arco Iris precioso....nunca había llegado tan lejos porque esa pradera antes era un lago...¡qué raro! Se lo cuenta al pony a ver si puede ayudarla.

-Vaya, vaya, por lo que veo has cruzado el lago fantasma. En realidad es una pradera encantada, todos veis un lago que no existe, y así no cruzáis la pradera que conduce al bosque de los unicornios....algo ha debido pasar para que tu vieras la pradera.... -. Le cuenta Nata, que así es como se llama la pequeña pony.

Nata se va a la pradera con la conejita para ayudarla a volver a casa...... Cuando llegan se encuentran con que no hay ninguna pradera, en su lugar está el lago Fantasma.....

-Aquí está pasando algo muy raro, creo que será mejor que volvamos al bosque de unicornios cuanto antes.

Nata lleva a Tina a una cascada de agua muy azul, allí hay un montón de ponis con un cuerno, y de caballos también unicornios. Todos son blancos como Nata, pero tienen una marca en forma de estrella en el cuello que es de diferente color en cada uno de ellos. Tina se fija en Nata y ve una estrella de color rosa en su cuello.

-Mira allí está Sabio, su estrella es de todos los colores, seguro que puede decirnos que está pasando.- Comenta Nata mientras se dirige a la cascada azul.

Sabio les cuenta que cada cien Navidades la pradera aparece, y si alguien la cruza podrá pasar todo el día jugando con los unicornios, visitar los campos mágicos y a todas las criaturas del bosque.

El bosque de los unicornios es increíblemente bonito, todo lleno de cascadas azules, verdes, blancas.....con infinidad de praderas verdes plagadas de flores que brillan como las estrellas en plena luz del día. Los árboles son muy grandes, y en sus troncos viven mariposas con alas de nube, hadas tan pequeñitas como un trébol, que revolotean sin parar, pero lo que mas le gusta a Tina es el río de brillantina ¡es precioso! Se ha metido en el agua de brillantina y ha salido preciosa! Después ha cogido una flor resplandeciente y se la ha puesto en la oreja.

-Que divertido es este lugar. Los conejos aquí seríamos muy felices....Nata enséñame mas cosas.- Tina se siente muy bien en el Bosque de los Unicornios.

Nata le lleva al campo de margaritas, es un lugar muy divertido, las margaritas son tan grandes que Tina puede subirse en ellas. Nata también se sube, y empiezan a saltar de una flor a otra mas alta, y saltando ,saltando llegan a una burbuja grande y brillante. Tina se mete en la burbuja y empieza a volar por los aires subiendo y bajando.Nata se subió en otra burbuja y la siguió...

Ya empieza a oscurecer y tienen que volver a la cascada azul. Sabio se dirige a la conejita para explicarle que debe volver a casa.

-Pero si se marcha no volveré a verla, ahora que somos tan amigas..... No podrá volver hasta dentro de cien años!- Protesta Nata.

-Bueno en realidad podría visitarnos siempre que quiera, solo tendrá que cerrar los ojos, cruzar el lago sin abrirlos hasta que oiga la canción del hada guardiana y ya estará de nuevo aquí.- Contesta Sabio a la pequeña unicornio.

Tina emprendió el camino de vuelta a casa muy contenta de su aventura......

Cruzó el lago con los ojos cerrados hasta la otra orilla, y cuando escuchó la canción los abrió y ya estaba en su bosque. De pronto se da cuenta que su prima Chis está escondida detrás de un arbusto....se acerca a ella muy despacio y grita:

-Te encontré....- Siguió buscando y encontró a todos sus primos y primas que iban acompañados del resto de familia.

Ahora se vuelven a casa a contarse historias.....Tina les cuenta su aventura en el Bosque de Unicornios y les promete que en la siguiente Navidad les llevará para pasar el día con los ponys.....

Ha sido un día de Navidad maravilloso para todos, pero para Tina mas que para los demás, y no será el último, porque piensa visitar a Nata muy a menudo.....

Y colorín colorado....espero que os haya gustado.

*Cuchu* votar

lunes, 21 de diciembre de 2009

Navidad Para Todos




En Diciembre la nieve caía  y todo se teñía de color blanco; los niños y niñas preparaban los adornos navideños con su familia mientras cantaban villancicos.
La Navidad es una fiesta en la que todos nos reunimos con la familia y amigos... todos menos un pequeño gatito que no tenía a nadie con quién pasarla.

El pobre no sabía adónde ir, se había perdido unos días atrás y no tenía dueños ni familia. Andando por la calle se fijó en un cubo de basura que estaba abierto y se acercó a mirar; empezó a buscar comida y algo se movió... ¡qué susto!, un ratón salió corriendo entre las patas del gato.

-Espera-. Dijo el gatito.

-¿Quieres que me quede aquí a ver cómo me comes? A lo mejor te crees que soy tonto- dijo el ratón un poco chulito.

-No voy a comerte, sólo quiero hablar contigo un ratito. Nunca he comido ratones- dijo el gatito con pena.

-O sea que eres tonto. ¿Nadie te ha dicho que los gatos comen ratones?, ¡y yo no pienso ser tu cena! Adiós atontao- el ratón se dio media vuelta y moviendo el rabo con mucha chulería empezó a correr.

El gatito se quedó un poco triste... Siguió su camino entre las calles y oyó ladrar a un perro. Pensó en acercarse a charlar un rato.

-Hola ¿qué estás haciendo?- preguntó el gatito un poco temeroso.

-Estoy ladrando.

-¿Y por qué ladras?

-¡Porque he visto un gato!- contestó el perro cada vez más enfadado.

-Te has debido de confundir, yo no he visto ningún gato por aquí- contestó el gatito.

-¿No? Pues yo te miro a ti y veo uno. ¿Nadie te ha dicho que los perros persiguen a los gatos?-.

En eso pasó por allí el ratón de la basura y se acercó a ellos para cotillear un poco. El gatito miró al perro, y luego al ratón y les propuso que pasaran la noche los tres juntos, así no estarían solos. Tardó un rato en convencerlos, pero al final se quedaron con él.
 
Como hacía mucho frío y el suelo estaba lleno de nieve, se metieron los tres debajo de un carro de madera y se arrimaron mucho para darse calor. Esa noche se contaron muchas cosas.

El gatito les contó que se había perdido de la camada de su mamá, y que buscaba un dueño que le quisiera y le mimara.

El perro no quería tener dueño porque el que tenía le abandonó.

El ratón nació en una alcantarilla y un día que salió a explorar la ciudad, no volvió a encontrar su casa.
Se hicieron muy buenos amigos y decidieron no separarse nunca.
 
Por la mañana emprendieron el camino a ninguna parte. Las calles estaban llenas de adornos brillantes, y los niños y niñas cantaban villancicos mientras tocaban la pandereta, otros se entretenían en hacer un muñeco de nieve.

-¡Ay! Como me gustaría que uno de esos niños me cogiera y se quedara conmigo- dijo el gatito un poco melancólico.

-¿Para que luego te abandonen como hicieron conmigo?- contestó el perro a su nuevo amigo.

-O a lo mejor te pegan un escobazo, ¿por qué las mujeres tendrán esa manía de liarse a escobazos conmigo?, los ratones no nos comemos a nadie, y menos a una señora.

Pensaron que lo mejor sería salir de la ciudad para protegerse de los humanos, que se ponen muy pesados en la Navidad con tanta pandereta y tanto cantar.

En su viaje a ninguna parte vieron una casa muy grande, en medio del campo, y se dirigieron a ella con la esperanza de calentarse. Era una granja llena de animales de muchas clases. Un niño se les acercó por detrás con un plato de comida para cada uno.

-¡Vamos! No tengáis miedo, seguro que tenéis frío y hambre. Comed todo lo que os apetezca, y luego podéis dormir en el granero.

El perro, el gato y el ratón se acercaron a la comida muy despacio, no se fiaban demasiado, pero tenían hambre...

El niño se sentó cerca de ellos mientras comían y dijo: 

-Me llamo Ismael, y tengo una hermanita que se llama Daniela. Nos encanta cuidar de los animales, ¿queréis quedaros aquí a vivir?-.

Les puso un nombre a cada uno, al perro le llamó Tierra, por su color, al gato Nieve, porque era todo blanco, y al ratón le llamó Peque, por ser tan pequeñito. 
A Tierra, Nieve y Peque les gustó mucho su nombre, y los tres se le acercaron sin miedo. 
Peque correteaba entre las manos de Ismael, Nieve le lamía los pies y Tierra le acercaba el hocico mientras movía el rabo. Se sintieron tan bien que se quedaron a vivir en la granja.

En Nochebuena la familia de Ismael se reunió para cenar, Tierra, Nieve y Peque cenaron con ellos y luego jugaron con los niños, ¡cuánto cariño recibieron!

Estaban muy felices en su nueva casa, y como tres buenos amigos, durmieron juntos cerca de la chimenea, esperando a Papá Noel para darle las gracias por su nuevo hogar.

… Y naranja, anaranjado, este cuento ha terminado… ¿Os ha gustado?

*Cuchu*

vota por este blog

Premios 20Blogs

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails