colorines que me siguen...

Tambien en Facebook puedes seguirme

lunes, 30 de agosto de 2010

Aventuras en el Bosque // ¡El Mono Kimono toca el tambor!



¡Pom! ¡Pomporrompom!
El bosque retumba...
-¿Qué ruido es ese? Me voy a volver majara con tanto jaleo- protesta Señor Topo.
¡Pom! ¡Pom! Pomporrompom!
El señor Topo salió de su madriguera ¡tenía que enterarse qué era ese ruido! Siguiendo el sonido llegó al árbol de Kimono. El ruido era tan fuerte que por más que señor Topo gritaba a su vecino, éste no se enteraba de nada. Kimono no paraba de tocar un viejo tambor. Acababa de encontrarlo en lo más profundo del bosque de los duendes traviesos, nunca nadie había llegado tan lejos.
-¡KIMONOOOOO! ¡KIMONOOOOOO!- gritaba Topo tan fuerte como podía.
Llegaron más vecinos tras el estruendo. Pelusilla lanzó una nuez con intención de dar al tambor, pero el cogote de Kimono se cruzó en el camino del fruto…
-¡Ayyyyyyy!- gritó el mono, miró abajo para ver quién le atacaba y fue entonces cuando vio a un montón de vecinos enfadados mirándole…-¿Por qué me atacáis? ¿Acaso voy yo a molestaros a vuestra casa?
-¡NOOOOOO! Nos molestas desde la tuya ¿Acaso estás sordo? ¡No hay quien pare tranquilo con tanto ruido!- contesta señor Topo muy, pero que muy enfadado.
-¡Eres un Merluzo! ¡No hay quien pare en el vecindario!- grita Pelusilla furiosa
-¡Pero si estoy tocando música! No sabéis apreciar el arte- les explica Kimono sin entender tanto enfado.
-¿Música? ¿Eso es música? ¡Pero si yo pensaba que se estaban cayendo las montañas!- gruñe señor Topo

-Vale ya lo dejo, no pretendía molestar- dijo Kimono decepcionado por no poder tocar su tambor. A él no le parece que sea para tanto.

**********

Panda había pasado todo el día en la ciudad visitando a su tía Pipina, estaba un poco cansado del viaje. Pensó tumbarse un rato antes de salir en busca de sus amigos…
¡Pomporrompo! ¡Pom! ¡Pom! ¡Pom!
-¡Ay que susto!- gritó Panda -¿Qué es eso?- se levantó de la cama para ir a ver de dónde provenía el escándalo. En el camino se encontró a Pelusi con Topo y unos cuantos vecinos más, parecían estar discutiendo sobre algo que les tenía enfadados.
¡`Pomporrompompompom! ¡Pompompom! ¡Porrompompom!
-¡Esto no puede seguir así! ¡Tenemos que hacer algo ya!- dice Cuchufleta con determinación.
-¿Qué está pasando aquí? ¿Y qué es ese ruido tan espantoso?- pregunta Panda al grupo.
-Kimono ha encontrado un tambor y no para de hacer ese ruido, había prometido parar, pero al parecer el ruido le ha afectado el cerebro. ¡O para o no me quedará más remedio que irme de aquí!- Explica Topo al oso.
-¿Por qué no hacemos lo mismo que Kimono? Tal vez al escuchar mucho ruido comprenda…- alegó Panda
Después de un rato decidieron que la idea del oso era la más acertada…

**********

Kimono limpió su tambor y vio unas letras en el lateral “No podrás resistirte a mi encanto, sólo serás feliz tocando”
-Cuánta razón tiene esta frase… cada vez me gusta más tocar el tambor- dicho esto se metió en la cama a descansar. Nada, no podía dormir, su cabeza sólo pensaba en tocar el tambor. A las cinco de la madrugada ya no pudo más…
¡Pom! Pompom! ¡Porrompompom!
-¡Bastaaaaaaaaaaaa!- gritó Cuchufleta desde su casa
Kimono salió al exterior tocando sin parar…
-¡Kimono si sigues así te impondré un castigo!- gritó señor Topo – ¡No puedes molestar de esa manera, estás faltando al respeto y a la convivencia!- concluyó.
-¡No puedo parar! El tambor me hipnotiza…seguro que es de alguno de esos duendes traviesos del bosque… ¡Socorroooo!
Kimono tocaba y tocaba, estaba agotado ¡necesitaba dormir! ¿Por qué seguía tocando entonces?
-Señor Topo creo que esto es un caso muy especial, tal vez deberíamos llamar a la cabra Kika. Suele ser de mucha ayuda en casos extraños como éste- argumentó Cuchufleta desesperada ante la situación.

**********

La cabra vivía bastante alejada, en lo alto de la montaña, como siempre hace mucho frío en esa zona, el elegido para la misión fue Panda. Salió en su busca esa misma mañana.
La cabra estaba cantando en lo alto de una roca:
-“Soy una cabra lecheraaaaaaa” “Te doy leche merengadaaaaaa” “Hay que cabra tan saladaaaaaaaaa, tolon tolon”
-Buenas tardes señora Kika- saludó Panda tratando de disimular la risa, por lo mal que cantaba la cabra.
-¡Panda! Qué alegría verte por aquí- contesta Kika muy contenta…en realidad ella siempre está contenta.
Panda le explicó el motivo de su visita…
-¡No sabemos que hacer! Kimono pide socorro porque no puede parar de tocar- dice Panda lleno de confusión.
La cabra lo acompañó al bosque en seguida. Cuando llegaron ya era de noche…
Kimono seguía haciendo ruido, mientras Pelusilla no paraba de llorar y Cuchufleta paseaba de un lado a otro. El señor Topo había metido la cabeza en su madriguera debajo de la almohada.
¡Todos estaban desesperados!
-¡Vecinos ya he llegado!- saludó la cabra- creo que sé lo que le pasa a Kimono.
Todos salieron a su encuentro.
¡Pomrropopom! ¡Porompompero!
-¡Por favor Kika ayúdame! Este tambor no me deja parar- suplica Kimono
-El tambor tiene un hechizo- confirmó Kika
¿Un hechizo? Preguntaron todos al unísono.
-Sí, Kimono se adentró en el bosque de los duendes traviesos, cogió el tambor sin preocuparse de a quién pertenece. Los duendes protegen sus cosas con un hechizo…
-¡Siiii! El tambor tiene una frase que dice “No podrás resistirte a mi encanto, sólo serás feliz tocando”- dijo Kimono exhausto.
Kika les explicó que había que devolver el tambor a su lugar de origen, sólo así volvería la calma al bosque. Les pidió que acompañaran a Kimono, para evitar alguna que otra travesura de los duendes…

**********

Panda, Pelusilla, Cuchufleta, Topo y Kika acompañaron a Kimono sin dormir, salieron esa noche a devolver el tambor ¡eso sí, con los oídos tapados!
¡Todos estaban muy asustados! Era la primera vez que entraban a un lugar como ese de noche y encima haciendo ruido.
Un hombrecillo verde con orejas puntiagudas les cortó el paso.
-Alto ahí gente de otro lugar. ¿Qué se os ha perdido en mi bosque?- pregunta el duende con una ceja levantada.
-¿Tu bosque? ¿Cómo puedes ser tan presuntuoso? Este es el bosque de los duendes…- contestó Pelusilla
-En este bosque sólo hay un duende, y ese soy yo… este es “el bosque del duende”, y ese tambor es mío ¡devuélvemelo ladronzuelo!
¡Pomporrompom! ¡Pompomrrompompero!
-Ojalá pudiera, por eso hemos venido ¿me puedes ayudar a dejar de tocarlo? ¡No puedo hacerlo yo solo por más que lo intento!- contesta Kimono sin aliento.
El duende empieza a dar vueltas alrededor de Kimono diciendo unas palabras muy raras…después sopló al tambor y ¡qué silencio!
¡Uffffff por fin!!!
-Mono esto te ha pasado por coger lo que no te pertenece sin permiso. Espero hayas aprendido la lección- riñó el duende a Kimono.
-Prometo no hacerlo nunca más ¡nunca más! Ya he tenido bastante…-contestó el mono moviendo mucho los brazos.
¡Hemos tenido bastante! Dijeron todos.

**********

Se despidieron cordialmente del duende, que prometió hacerles una visita al bosque, para enseñar a Kimono a tocar el tambor.
Esa noche por fin reinó la paz de nuevo y todos durmieron a pierna suelta.
Panda y Pelusilla estaban tumbados boca arriba en el claro que hay junto al río…
-¿Ves esa estrella grande? Te la regalo Pelusilla- dijo Panda a su amiga
-¡Ni hablar! Primero pide permiso en el cielo, a ver si vamos a meternos en otro lío- dijo Pelusi riendo
Se quedaron mucho rato disfrutando del silencio. Los demás ya estaban todos durmiendo ¡ Sobre todo Kimono!

Por cierto ¿Sabéis cómo se llama el duende? Sí, el dueño del tambor hechizado… ¿Ya lo habéis adivinado? Hay una palabra escrita de forma diferente por todo el cuento ¡Ese es su nombre!
Y Naranja anaranjado…este cuento ha terminado ¿Os ha gustado?
*Cuchu*



Safe Creative #1008307179954

vota por este blog

Premios 20Blogs

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails